Puto y aparte

4/25/2008

10/28/2005


This is a test post from flickr, a fancy photo sharing thing.

1/21/2005


aca estoy che

--------------------------------------------
Este mensaje fue enviado desde un telefono
Personal. www.personal.com.ar
--------------------------------------------

12/01/2003




Créditos finales


[9 de Agosto de 2002, 10 AM, Buenos Aires, Argentina, y otra despedida]

Introducción

Esta historia es la historia de otros. Yo fuí solo un cameo repentino, una coda disonante. Por eso quizás convenga que empiece por el final, que sea yo el que tire a la basura los restos de este puchero que yo no cociné. Y que se entienda lo que se entienda.

A ver, intento de bosquejo. Javier, amigo mío, 21 años, nos conocimos en internet hace ya 5 años en el #gayargentina de IRC. El era rugbier y heterosexual en ese momento, hoy ya no es ninguna de las dos cosas. Alejandro, judoca heterosexual (ayer y hoy), vecino, compañero de gym de Javier. Eugenia, mejor amiga de Javier desde la infancia.

Y las barajas que se pegotean. Javier se enamora perdidamente de Alejandro, el judoca. Eugenia funciona como confesora. Javier pone manos a la obra: horas interminables jugando online con Alejandro, intercambio de CDs, salidas compartidas; las ceremonias que subliman o postergan. ¿Será gay? No lo es pero quizás... el propio peso del metejón de Javier lo ciega, invencible.

Ahí entro yo en el juego: Javier me presenta a Alejandro online y nos hacemos amigos “virtuales”. Y las barajas que ahora se mezclan: Alejandro interesado en Eugenia pero Eugenia asegura que no, que Alejandro no es su tipo, que no va a funcinoar... pero el judoca insiste (no mucho, Eugenia no se niega con mucha convicción) y la invita a salir y Eugenia esquiva el intríngulis pero acepta las invitaciones.

Y Javier observa y se tortura, se desdibuja su relación con Eugenia en unos pocos días. Y se dejan de hablar y pronto ya circulan los comentarios entre amigos comunes y la atmósfera viciada y Eugenia acusa de Javier de traidor (¿?) y Javier falto de reflejos y aguijoneado por la inocente sensualidad de Alejandro se suma como tercer punta del triángulo.

Ya el barro lo manchó todo y Javier, en un ataque de lucidez (o valentía) quema las naves: le confiesa a Alejandro que es gay y que está enamorado de él. Alejandro agradece le piropo y la sensatez exigiría una distancia prudente, una vacación de tanto mundanal ruido. Todo debería terminarse o suspenderse, pero no, nada de eso: todo se alarga. Eugenia y Javier ya casi no se hablan pero Alejandro se mete en el medio y se niega a jugar de árbitro.

Y llega mi viaje a Argentina y organizamos una salida los tres: Javier, Alejandro y yo. Todo es extraño y levemente perverso, salvo para nosotros tres esa noche en Grant’s y los días siguientes y las interminables horas online. Conozco a Eugenia fugazmente, nos olemos desconfiados y no nos gustamos. A los pocos días otro intercambio online sella nuestra relación: yo le digo lo que pienso, ella no piensa o no dice.

Y todo se desbarranca en pocos días. Alejandro, deprimido, que promete fidelidad a sus amigos, afirmando su capacidad de mantener amigos y noviazgos en territorios limítrofes pero aislados; pero cancela varias salidas a último momento y promete aparecer donde nunca aparecerá.

Javier ya enterró su historia y da saltitos sobre la montañita de tierra tibia. ¿Y ahora qué? Yo sigo charlando con Alejandro online, y es como si nada hubiera pasado, pero eso mismo me alarma y me irrita.

Y ya sé que no hay vuelta atrás. A los pocos días me voy de Argentina, de regreso a USA. Me despido de Alejandro, para siempre, con este email.

Nudo


----- Original Message -----
From: Christian
To: Alejandro
Sent: Friday, August 09, 2002 10:00 AM
Subject: Créditos finales


Vaya uno a saber. La vida contiene sus propios misterios. Andá a saber por qué los salmones remontan las corrientes para desovar, o por qué las galaxias se prenden y se apagan tan impunemente. Frente a eso el misterio de tu desaparición es insignificante, irrisorio.

De alguna manera, este email tiene connotaciones prácticas: volar una dirección de mi libreta de direcciones, tachar un ítem del icq y del MSN messenger. También hay connotaciones filosóficas, o como lo dirían los insoportables Vox Dei: todo tiene un final, todo termina.

Y de última otra connotación plus que te va a servir a vos: ya prendiste fuego una quinta y llenaste de goteras el techo de la biblioteca. Me voy a tener que quedar con la intriga: ¿cuál seria la próxima catástrofe que impediría el cumplimiento de tus compromisos básicos? ¿una súbita contaminación magnética borró el disco rígido de la computadora? ¿un volcán entró en erupción en el zaguán de tu casa? ¿un géiser se abrió paso entre los azulejos de tu baño? ¿una horda de corsarios enloquecidos te secuestró a vos, asesino a tu perra Rotweiler e incendió tu computadora mientras bailaban enloquecidos, ciegos de vino y furia, y con las caras untadas de sangre?

Las otras motivaciones son de índole egoísta, esta película con vos, como quiera que se llame, cumplió su periplo en mí, fundió a negro y para mí no hay película sin créditos finales. Sí, los chorros de palabras mientras suena la última balada del soundtrack, bolsa de gatos con protagonistas y asistentes de cámara, microfonistas y gracias y desgracias a todos los que hicieron esto posible o imposible.

De última y quizás de rebote algo te sirva, pero seguro que me sirve a mí.

La versión básica de la película mostraría que me ofrecí con honestidad desde el minuto cero, que puse las cosas ahí: mi crudeza, mi buena o mala onda pendular, mi humor, mis pilas. Me ofrecí a ayudarte con tu currículum, a ir al gym con vos para entrenar, a salir juntos muchas veces, a ir al teatro con Viviana, a prestarte una camarita. Me dejé quizás llevar por un dato trivial: un pibe heterosexual que de pronto parecía disfrutar de la compañía de un pibe gay. Una amistad de tarjeta postal que cruza fronteras y derriba ghettos. Una historia simple: chico judoca hetero conoce chico nerd y maricón. Tenía potencial, hay que admitirlo.

Evidentemente, creo que me dejé engañar fácil por el celofán del paquete. Seguramente vi esta muestra de cordialidad como algo más profundo, como una amistad que iba hacia algún lado, como la construcción de una intimidad perdurable. Y ahora me doy cuenta que no pasó nada. Y de alguna manera la lógica de siempre se cumple: no voy a gritar "¡Discriminacion!" porque no tiene sentido, pero si es verdad que el chico hetero con novia que me odia tenía que terminar de un lado y no podía estar en todos lados: leyes de la física elemental lo impiden.

Y ese criterio no se discute. Yo estoy claramente de un lado, me enorgullezco en ser amigo de alguna gente y enemigo de otros cuantos. Y hay una gran multitud que ni siquiera amerita que gaste media caloría pestañando por ellos.

Y al fin y al cabo, el mundo no se divide entre gays y heteros. Chupar una venosa verga con pasión o lamer una lastimadura peluda y áspera no son, en definitiva, motivos de definición tajante. O quizás si. Pero estoy seguro que sí hay otras aguas divisorias: la gente que va a buscar las cosas y la gente que no, la gente que pone la cara, pelea y la gente que no. La gente con opiniones y convicciones y la gente cuyo objetivo en la vida es sellar todo con una sonrisa fácil y con una cordialidad de salón. La gente que todo el mundo recuerda como "buen pibe/a" y los adjetivos se agotan ahí, y la gente que recibe calificativos con más color: turro, loco, descontrolado, hijo de puta.

Adiós adiós. O en inglés: bye bye.

Creo que merecía algunas cosas: que me expliques por qué me dejaste pagando el día del teatro (a mí y a Viviana, que solo te vio una vez y se fue preparada para cenar con vos ese día) o por qué desapareciste sin decir una palabra. Quizás me merecía que los títulos finales fueran una coproducción entre vos y yo.

Andá a saber, la vida compensará. Traerá algún amigo nuevo, o algún desengaño más, que también contenga su lección como la perla dentro de la ostra.

Y acá viene la parte necesaria de toda despedida: los buenos deseos finales:

1. Ojalá que salgas de tu depresión crónica, hecha a medida. Tenés 24 años, sos un pendejo, tenés casa, laburo, padres que te bancan y te das el gusto de colgar una carrera un año antes de terminarla, con motivos nebulosos. La sola visión de 3 minutos de cualquier noticiero debería alcanzarte para salir a saltar Dánica Dorada por la vida. Es verdad que la depresión tiene sus propias reglas absurdas pero la vida sigue ahí: un sánguche que espera tu mordiscón.
2. Sé amable solo si vale la pena. Poné el cuerpo atrás de tus palabras. Si decís A es porque pensás A y porque esa A la defendés con tu vida. Si no calláte la boca, o quedate en tu casa jugando al Nintendo. Creo que eso te haría la vida más interesante a vos, le daría un sentido adicional a todo (¿y no es eso lo que más invita a la depresión, el vaciamiento de sentido?) y haría la vida mucho más filosa para la gente que te rodea.
3. Salí con quien tengas que salir (sea esto hombre, mujer, cefalópodo, batracio o pendeja soberbia necesitada de una transfusión de energía vital y sensatez) y defendé tu relación. Si salís con alguien debería ser por alguna razón (¿misteriosa?), pero conviene que defiendas esa relación, porque estar al lado de alguien sin tomar partido por ese alguien es estúpido. Denigra a la persona que tenés al lado y te insulta a vos.
4. La próxima vez que le aseveres a alguien que sos amigo, o que tenés interés en una amistad, asegurate de dedicarle a tal afirmación aunque sea 2 horas de reflexión. Mis amistades no son cartón pintado. Si son algo pintado, son ciertos frescos de Miguel Angel: frágiles, bellos, tempestuosos, únicos.
5. Andá de frente, vení y decí. Si algo te importa, que se note. Si algo no te importa, desaparecé. Si algo te enoja, insultalo. ¡Sangre! ¡Que corra sangre! Transpirá, pero no solo levantando mancuernas y arrastrando poleas. Bañate en sudor cuando algo te calienta o te genera impotencia. ¡Puteá! El mundo está superpoblado de amebas invisibles, no hace falta una más.

Bueh, esos fueron los consejos del Viejo Vizcacha para vos, pero carentes de rimas gauchescas. Y ahora sí me voy, en cumplimiento de mi deber. Caí de la nada, un día hace varios meses, hablando locuras. Me voy de la misma manera que llegué, desaparezco en el cosmos, un asteroide más que se traga la noche.

No espero (ni quiero) respuesta. Este mail es una botella al mar sin remitente. Que se la trague el océano como a Alfonsina. Vos, como siempre (ahora me doy cuenta que como siempre) sos un espectador de un espectáculo de variedades, del que nunca fuiste parte, más que como público sumiso y aplaudidor. ¡Gracias gracias!

Cae el telón sobre el escenario de la vida.

Y plaf, se acabó.

Xtian


Epílogo

Javier sigue yendo al mismo gym de siempre. También Eugenia y Alejandro, que cuchichean entre ellos y se besuquean con sigilo, al costado de la cinta mecánica. Javier y Eugenia no se han saludado en meses. Tampoco Javier y Alejandro.







El vaivén diario


[5 de Noviembre de 2001, San Francisco, USA]

Las novedades son que David se muda al departamento en diciembre. Me va a bajar la renta de $1000 a $750 y vamos a partir los gastos (aunque no tiene laburo en este momento, así que cosas como el cable - que sale $80 - lo voy a tener que seguir garpando yo). Estoy un poco en bolas respecto a cómo me voy a manejar viviendo con él, ya que me acostumbré a vivir solo demasiado rápido. Igualmente vivir con él tiene su costado positivo: me va a hacer más sociable y seguramente voy a hacer cosas que no hago si no tengo a alguien alrededor: ver más tele, más peliculas...

Es siempre jodido convivir, incluso porque el chabón tiene un gusto definido y una idea clara de como quiere que se vea el departamento (no quiere determinado tipo de muebles, por ejemplo) y a la vez insiste en que yo compre algo (cosa que es razonable porque todas las áreas comunes están amuebladas con sus cosas). Lo que no es sensato es su inflexible canon estético dado que sus muebles mezclan mimbre, plantas de plástico, vasijas marroquíes y lámparas baratas de Ikea, en un collage chillón.

Igual el sabe que no me gustan las complicaciones y no digerí muy bien el confite de que no tiene guita (por eso no paga el cable ni la conexión de DSL), pero a la vez cuando vuelva a SF se va a tomar su tiempo y no va a laburar hasta enero. Supongo que estará estresado, estresado de sus prolongadas vacaciones en su casita en el bosque en la que vivió todo este tiempo.

Aunque tengo mi habitación, no me siento igual de cómodo garchando a lo loco si vivo con alguien. Ya ves que las preocupaciones que se amontonan en mi cabeza son urgentes y cruciales. Las paredes son de papel en ese departamento, estoy seguro de que los vecinos de arriba saben las chanchadas que se me escapan en el fragor de un revolcón.

No mucho más en la vida. Este finde tampoco vine al laburo (estuve sobrepasado con las traducciones)... asi que sigo sin acumular días (¡tengo que acumular 4 días más antes de irme a Argentina!). Tengo que fijarme el tema visa/pasaporte... organizar un poco más el viaje, terminar las clases, comprar algo de muebles... Ah, me olvidaba: dan La Ciénaga acá en el cine del Castro, del 16 al 20 de noviembre. La voy a ir a ver para ejercitar mis músculos argentos.

Coger. Ah, dejame repasar... El sábado conocí a un neoyorkino que visitaba SF por dos días. No tenía foto pero se la daba de bonito. Como yo no me tenía que mover del departamento - prometió venir él - lo dejé venir. Lo que vino fue un pibe lindo, de 27 años, rubio, ultra americano (se sacó la gorrita de baseball DESPUÉS de sacarse los calzoncillos). Igual resultó medio aparato: cruzó el umbral y ya tenía el cierre bajo, a los dos segundos verga parada a full, a los 8 segundos lubricante, a los 12 segundos me estaba cogiendo, a los 15 segundos acababa, a los 20 segundos se ponía la gorra y se aprestaba a irse.

Desgracia la mía: no sé si llamarlo eyaculación precoz o velocidad neoyorkina. Caminé dos cuadras con él. Adiós, se volvía a New York, New York, Iwannawakeupinacitythatdoesntsleep, con su gorra de baseball.

La vida gay tiene ese encanto, coger bien (o rápido en este caso), obviar la molestia de la seducción gratuita y el romance, saber que las cosas empiezan
y terminan en un lapso fugaz. Es como tomar una copita de licor: concentrada, chiquita, áspera, solo para que te quede el gusto en la boca de algo que desaparece inmediatamente.

Glu glu.






A cara lavada


[9 de Mayo de 2002, San Francisco, USA, la ambigüa interacción con mi compañero de vivienda en mis últimos días en San Francisco]

David, el pibe con el que vivo, puso un aviso en la web para buscar alguien que me reemplace. Las respuestas han sido numerosas, aunque no multitudinarias como lo fueron cuando me eligió a mí. Eso parece preocuparlo; San Francisco ya no es el imán de cazafortunas y chicos recién graduados del college que buscan hacerse millonarios en el Valle del Silicón. Para peor los alquileres no han bajado y ahora los $750 que cuesta mi habitación + baño suenan exhorbitantes.

David (sueco-americano, nacido en Minessota, gay, 30 y pico, graduado de Brown, administrativo part-time, cultor del S&M y coleccionista de muñecos transformers) toma medicamentos antidepresivos periódicamente. Ayer estaba exhausto luego de conducir varias entrevistas con freaks de toda calaña: charla con todos al menos media hora, ya que su cortesía californiana y su corrección política le impiden la poda instantánea que ejecutaría yo si estuviera en su lugar, basado en criterios tajantes como vestuario, higiene personal, volumen de cabellera o cantidad máxima de piercings en el mismo órgano.

Lo cruzo en la cocina, mientras unta un pan con tuna salad y la conversación surge espontánea.

DAVID: Estoy malcriado, encontrarte a vos fue sencillo, enseguida supe que serías un buen roommate. Esta vez entrevisté ya a 17 personas y ninguna me convence. Creo que el que más me simpatiza es el budista que quiere explorar el sadomasoquismo, pero tengo que averiguar si es depresivo.
YO: Sí, definitivamente no te conviene vivir con alguien depresivo.

Mi cara lavadísima de expresion.

DAVID (sonriendo burlonamente): Sí, conmigo ya alcanza y sobra...
YO: Sí, vos y el gato, que también está deprimido.

David me mira como buscando la complicidad en la broma, pero sabe que no es broma.

Mi cara lavadísima de expresion.

YO: Sí, y algunas de las plantas.

David me mira como buscando la complicidad de la broma.

Mi cara lavadísima de expresion.

Agarro mi compoterita con queso cottage y me alejo hacia mi habitación.





Interruptus


[28 de noviembre de 2002, 6 AM, NYC, New York, y otra noche insomne]

5.01 am de la maniana. La casa a oscuras, apenas el resplandor de la laptop que infla una burbuja de luz en la que tipeo, insomne. Afuera está New York; se escuchan los rugidos de los camiones de basura arrastrándose torpes.

Los hechos: día de acción de gracias y estoy de visita en la casa de Martín y Andrés. Un colchón tirado en el living, los mellizos duermen, también Martín y Andrés, yo no.

Así estoy, la Mac se cuelga en el chat, las noticias me fatigan los ojos, escribo una vez más, una forma de masajearme las sienes, de hipnotizarme para caer dormido de una vez.

El otro día crucé Manhattan a las 4 de la mañana: de la calle 20 y 7ma avenida a Penn Station. La ciudad ausente, esos raros momentos en los que New York no es New York y la gente no es gente sino insectos, hormigas aturdidas porque alguien les pateó el hormiguero. El New York de taxi driver de Scorsese todavía esta ahí: los camiones pasan, los conductores sonámbulos te miran cómplices, un código secreto de miradas opacas. Entré a un Mc Donalds 24 hours y pedí un Mc chicken. Tuve que pedirlo 3 veces porque el tipo estaba tan zombie que no entendía. Dos tipos rascaban la fórmica de la mesa y cruzaban miradas furtivas.

Ayer nevó, pero poco, hoy el sol ya lavó la nieve. ¿Será la melancolía como la nieve? ¿Caerá sobre nuestra alma y se convertirá en helada capa de tristeza sólo si nuestra temperatura anímica está en el punto de congelación?

Delete esa mierda, ejemplo claro de idea no comunicable, de zozobrante fraseo, de asociación trillada: frío-tristeza. Delete, delete esas dos preguntas retóricas tan mersas.

A veces el refugio en el choque contra otro cuerpo desnudo. Acariciar la piel de la espalda de Johnatan, aunque ya no cojamos. Tiene la sombra en la cara, como si se tapara el rostro con una mano oscura y no sé que piensa. Nos desnudamos automáticamente, apenas llega; así fue la primera vez. Ahora la desnudez de los cuerpos y los dedos dibujando la concavidad de los cuerpos no se consuma, termina en un amable "vamos así comemos algo antes de que cierren el patio de comidas". Es un coitus interruptus sin el coitus: un tactus interruptus.

Duermo, aún en invierno, con la ventana abierta. Dejo que la luz o el azar de una brisa fría me despierte.

Jonathan (pero dónde cuernos irá esa hache al fin y al cabo?), una charla breve en el chat y un tire y afloje de seducción primitiva; el canchero que seduce al nene inocente, el ballet socrático del alumno y el profe-sex. Terminamos en la cama con resultados mediocres: el no es gay, es "bi curioso" (le enseñé el término en un arrebato de cinismo juguetón y luego descubrí atónito que lo adoptó para describirse a sí mismo). Es latino, o mejor dicho yanqui/latino (su castellano es engolado y poroso), de Guatemala, tiene menos espesor sensual que una feta de fiambrín.

Le dije, otra tarde de otro día, con la misma sombra en la cara: "Vos no sos bi ni hetero, sos gay. Y vos mismo ya lo sabés". Se levantó de la cama en silencio, lo oí tomar agua a mis espaldas y luego sentí el calor de su cuerpo otra vez. Su voz sonó como si saliera de una boca torcida por una sonrisa: "¿Por qué decís eso?". Me puse boca arriba en la cama y mirando al techo le respondí: "El primer día me besaste en la boca, casi inmediatamente, bastante exótico para alguien que solo tuvo sexo con un hombre una vez antes. No te vestiste apenas terminamos de coger. A pesar de que nunca me lo dijiste, estoy seguro de que tus fantasías ya estan totalmente vacías de mujeres. Ya sabés, desde hace un tiempo, que sos gay y todo es un juego de dilación, te da miedo saber todo esto teniendo 19 años". El acarició mi abdomen unos segundos y antes de que pudiera evitarlo metió un dedo en mi ombligo - cosa que detesto - y dijo: "vamos así comemos algo antes que cierren el patio de comidas".

¿Y que hago yo en esta cama, con Jonhatan y con esta penumbra? ¿Busco un descanso del burocrático juego del levante con gente de mi edad? Pero también es un callejón sin salida, todo es demasiado fácil, no hay viscosidad, no hay fricción si me siento como pez en el agua.

Buscar trabajo, no conseguir trabajo. No contestar el celular si llaman las tarjetas de crédito: nada para decirles. Comer queso cottage (la proteína y su tiranía). Tarteletas de frutilla en la tostadora (150 calorías). Helado fat free de mango, galletitas de manteca de maní.

¿Dormir con calzoncillo o dormir desnudo? ¿Boxer brief o slip? ¿Con remera o en cueros? ¿Argentina o USA? ¿Novio o revolcones? ¿Mc Chicken o Big & tasty? ¿Insomnio reflejo o stress burbujeante? ¿Confesión brutal o metáfora? ¿Buscar un rumbo, seguir las miguitas en el bosque que marcan la senda de regreso o mezclar las barajas frenéticamente y dar de nuevo?

¿Dónde va la gente cuando llueve? ¿Qué gusto tiene la sal?

Jason, pero no el asesino de Martes 13. Este es go-go boy (o sea stripper o "bailarín" según se presenta él), agradable, no para de hablar. En persona es simpático, aunque se pone en figura paternal más de lo necesario. Por email es insoportable: habla en el equivalente inglés de Hugo Arana en el personaje del groncho y me llena la inbox de fotos de negros pijones horrendos (¿cómo adivino tan mal mis gustos?). Cuando cogemos lo más disfrutable es su necesidad laboriosa de hacer todo bien, su esmero de empleado del mes, su sed de llenar todos los casilleros del formulario. Tiene un cuerpo musculoso, sólido, redondeado. Verlo trabajar tanto es excitante pero con un regocijo mas estético que hormonal.

Acabo de descubrir dos puntos de luz en el techo, pequeñas estrellitas amarillas, persigo las líneas de luz por la habitación pero no puedo detectar su origen. ¿Qué serán?

Los libros duermen a mi derecha, el visor digital de la videocasetera parpadea a mi izquierda: 5 10, 5:10, 5 10, 5:10, 5 11, 5:11.

Si esta fuera mi casa me calzaría los jeans y saldría a caminar, a aplastar con el peso del frío y de la noche este insomnio que me empuja a actos privados con repercusiones públicas.

¿Por qué me acuerdo ahora de los 3 turcos que tomaban café en Cafe 52 con 2 chicas el otro día? Reconozco a uno de ellos: es ingeniero, y tiene su locker vecino al mío en el gimnasio. Esa casualidad me permitió verle el culo hace 3 semanas. Yo me demoré doblando la toalla luego de mi clase de natación, secando la jabonera con toallas de papel. El giró y me dio la espalda (¿tendrá la pija chiquita?), y se bajó los pantalones con un movimiento único. Enseguida se calzó los shorts. Fueron 3 segundos de dos nalgas redondas, dos gajos de una fruta madura y pesada, apenas separadas por una línea de pelo desdibujada.

En el café charlaba con los demás y gesticulaba con energía. La mesa era chiquita y todos estaban medio amontonados, la intimidad de un grupo de ladrones planeando el próximo gran robo. Era un placer verlos mirarse a los ojos, con las caras a una distancia prohibida, más cercana a la inminencia de un beso de novela de las 3 de la tarde que a una tertulia irrelevante. Los 3 turcos con el pelo cortísimo, los veía salir a la vereda para fumar cada 3 minutos. A través de la ventana seguía sus movimientos con la obsesión de un voyeur: encendían los cigarrillos entre ellos, dejando que la llama les iluminara la cara un segundo, un instante de fugitiva intensidad. Después volvían a las chicas, que sorbían café con desgano.

Siento a Lucas apenas despertarse y toser, gemir, volver a dormirse. Martín (o Andrés) apenas roncan. 5:25, 5 25, 5:26, 5 26.

Se vino el día del pavo. Y el invierno. Y la nieve.

Y el desasosiego.



11/11/2003




Yéndome








Me las pico.







Síganme los buenos....






A partir de hoy la seguimos acá: putoyaparte.com. Por favor actualicen sus links. Nos vemos.

Update: a alguna gente no le funca la dirección con la www (o sea ésta: putoyaparte.com). Estoy en el proceso de solucionar este problemita.

Update 2: Si hay cualquier otro inconveniente, haganmelo saber a través de los comentarios de este post. Mil gracias a todos!

Home